Todo tiene su progresión, su adaptación. Cuántas veces habremos oido: nadie mace sabiendo. Y que gran verdad, nadie nace sabiendo. Es cierto que a algunos les cuesta menos que a otras aprender a hacer ciertas cosas, pero al final al que más le cuesta si sigue intentándolo llegará un momento en que lo consiga, por que como en todo en esta vida, de lo que más aprendemos es de los errores, no de los aciertos.