Ascenso del Puerto de Navacerrada a la Bola del Mundo

Después de una lesión larga como la que he tenido yo (rotura del ligamento cruzado anterior) y teniendo tanto tiempo para pensar en todo, tanto en lo bueno como en lo malo, te das cuenta de lo que realmente echas de menos y lo que verdaderamente te gusta hacer y yo me he dado cuenta en este tiempo que correr forma cada vez más parte de mi vida de una forma más positiva que antes. Quizás antes entrenaba porque tenía que entrenar, que también me encantaba, pero ahora lo disfruto de una forma más especial.

Dicho esto, os cuento mi primera carrera solo de ascenso, la cual realice ayer, 6 meses después de mi operación, con buenas sensaciones y disfrutando y sufriendo a cada paso que daba.

No podía haber hecho mejor día para realizar este recorrido como el que me hizo a mi ayer. Llegamos al Puerto de Navacerrada a eso de las 16:50 con un sol radiante y una temperatura magnifica y es que a 1850m sobre el nivel del mar se respira de otra forma y se siente todo de una forma diferente a la habitual de los que estamos acostumbrados a correr a alturas más bajas.

Comencé a subir y mi cuerpo, en pura fase de alarma, me gritaba sobresaltado preguntándome que ¿qué hacía?, pues ¿que voy a hacer? ¡Correr!, a eso he venido, así que había que ir acostumbrándose, y la verdad que el primer kilómetro y poco (de los 3’500m que tiene de distancia el recorrido) fui muy bien, disfrutando de las vistas del paisaje y de los animales y es que a veces cuesta creer que eso siga siendo Madrid, un Madrid que no todos han conocido o disfrutado como lo estaba haciendo yo. Iba tan bien que me sentía que podía hacerlo tranquilamente todo, tal y como iba, pero cada vez había más y más desnivel, los gemelos se endurecían más y más, los cuadriceps parecían que iban a estallar y los chorretones de sudor que caían de mi cuerpo dejaban huella del recorrido que tenían que seguir mi hermano y mi cuñada para venir a socorrerme a la cima con líquido y alimento.

Pasados 1’5km no pude con una pequeña pendiente que tube que subir andando con cuidado, salido de hay volví a empezar a correr, pasitos cortos y rodillas arriba, braceando como nunca.

Mis gemelos me pidieron varias veces un descanso para estirar y tal como iba lo veía completamente necesario, estiraba un poco y parecía que estaba como nuevo, cuesta arriba y un giro cerrado a la derecha antes de llegar a la cima del teleférico, un giro con tal peralte que a poco más acabo apoyando las manos, solo me faltaba girar a la derecha y todo sería recto hasta las antenas de la Bola del Mundo (2265m), recto y cuesta arriba, mis gemelos me volvían a pedir estirar, pero de repente salieron del teleférico dos tíos con bastones corriendo, súper bien preparados, medias compresivas, gafas de sol, zapatillas de montaña, bastones, mochila preparada para ir bebiendo, y yo, con mi pantalón corto y mis FreeRun, me dije, ahora no es el momento de parar, tengo que adelantarlos, así que mire la cuesta, unos 200m pensé, después giraba un poco a la izquierda así que pensé que habría un llano aun que fuera pequeño, y me dije ¿Te acuerdas de las series que hacíamos de cuestas de 200m a toda leche? ¿Sí? Pues dale caña. Les pase a muy buen ritmo, nos gastamos un par de bromas (muy simpáticos, como la mayoría que hace ésta clase de deporte), gire la cuesta a la izquierda y no había un llano, si no la cuesta final, la veía enorme, infinita y a la vez tan pequeña, ahí estaban las antenas, empecé a subirla pero mis gemelos m pusieron un gran STOP, así que a estirar de nuevo.

Finalmente los chicos de los bastones me pasaron dándome ánimos y preguntándome si necesitaba algo, pero no, llegue arriba en 33’, en 33’ hice 3’450m, yo me reía llamándome paquete, pero es mi primer ascenso con un desnivel de 400m, así que pensé, que de lo malo, malo, lo mejor.

Cuando llegué arriba vi el camino hacia la maliciosa y me pregunte ¿porque no?, así que me decidí a bajarlo, hasta que vi como estaba, y yo con las FreeRun, incapaz de parar, así que desistí en mi intento preocupado por mi integridad física. Ya lo haré cuando tenga algo mejor en los pies, que agarre un poco más.