No puedes elegir el modo de perder, pero sí puedes elegir como recuperarte para ganar la próxima vez

El mundo está lleno de personas que culpan de sus fracasos diarios a otras personas o a la suerte, cuando realmente son ellos mismos los culpables de lo que les pueda suceder.

No debes culpar a nada ni a nadie, porque tu eres el resultado de ti mismo. Tu eres el que ha hecho lo que quiere de su vida, ya sea dándote por vencido o habiendo seguido peleando aún cuando nadie creía en ti. Y esa querido amigo, es la diferencia que separa a uno de otro.

Del que acepto la responsabilidad que tenía delante para poder conseguir lo que más ansiaba, vio las dificultades y a pesar de ello siguió adelante, sin importar lo que dijeran o lo complicado que fuera, sacando tiempo de donde para otros no lo hay, aprendiendo a no quejarse porque siempre hay alguien en peor situación, y comprendiendo que hay que ayudar en esta vida.

Mientras que por otro lado se encuentra el que decidió no levantarse del sofá, el que lo vio todo demasiado complicado para el, el que no acepta ninguna crítica, porque si no ha conseguido lo que realmente quería nunca ha sido por su culpa, siempre ha influido la suerte y otras personas, y es por eso que ya ha abandonado su sueño y vive una vida resignada.

Es cierto que muchas veces, por mucho que uno luche con todas sus fuerzas ese objetivo no se logra, por unos motivos u otros, pero esa gente no debe ver una derrota, no se tiene que sentir perdedor, solamente recuperarse para seguir intentándolo y así ganar la próxima vez.