Soy de esos que cuando mira por la venta para ver el tiempo, sea el que sea, siempre piensa que es el mejor para calzarse las zapatillas y salir a correr.
Soy de esos que cuando no tiene nada que hacer y ha acabado el entrenamiento no le importa irse a mirar zapatillas o suplementos nutricionales a cualquier tienda y tirarse horas comparando unas con otros.
Soy de esos que no les cuesta madrugar cuando sabe que va a ir a una carrera, pero también soy de los que le cuesta dormir la noche anterior. ¿será por los miedos?
Soy de esas personas que no han acabado de hacer una cosa y ya está pensando en la siguiente.
Soy de esos locos que cuando tienen en la cabeza mil problemas se van por la puerta con mil demonios a correr y vuelven serenos y tranquilos como si todo se hubiera solucionado. Y es que realmente soy de los que encuentra soluciones corriendo.
Soy de esos que después de un entrenamiento odia las vueltas a la calma y no deja de repetirlo una y otra vez.
Soy de esos que se emociona viendo videos de superación deportiva con lágrimas casi en los ojos bajo la mirada juzgadora de los presentes intentando descifrar algún problema interno personal sin resolver.
Soy de los que va al supermercado y se puede tirar 10 minutos para elegir entre una modalidad de galletas y otra mirando sus valores nutricionales.
Soy de esos tantos que hace deporte por diversión, sola y únicamente porque me gusta. Soy de los tantísimos que hacemos locuras sin cobrar por ello. Soy de todos esos que se siente satisfecho cuando llega a una cima y se retrata los pies como el gran Luis Alberto.
Soy de esos tantos. De esos tantos incomprendidos entre muchos y comprendidos entre locos.
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