Rodilla del corredor
¿Qué es?
La rodilla del corredor no es solamente una lesión, es una serie de lesiones que se producen en la rodilla al correr. Los médicos se refieren a rodilla de corredor para hacer referencia a por ejemplo la condromalacia rotuliana, condropatia, cintilla ileotibial o el dolor femurrotuliano entre otros.
Todas estas son lesiones muy comunes en los corredores por sobrecarga.
Lo normal en estos casos es sentir un dolor en la rodilla, en la parte de la rotula, el cual puede ir agravándose cuanto más corremos. Lo más común es que podamos localizar el dolor en la zona interior de la rodilla o la posterior, ya que es hay donde se une con el fémur.
Este nos puede molestar también al andar, bajar cuestas, escaleras o al estar mucho tiempo sentado con las piernas encogidas.
Por lo común, si dejamos pasar esta lesión y continuamos entrenando podemos desgastar el cartílago y acelerar la aparición de artritis.
¿Por qué sucede?
Las diferentes lesiones que abraca la rodilla del corredor se producen porque la rótula, que normalmente descansa sobre el surco femoral, deja de descansar hay y se mueve de una manera incorrecta por el surco femoral cuando doblamos y estiramos la rodilla. De esta manera puede producir un desgaste en el cartílago, un chasquido cada vez que doblamos la rodilla, dolor en la rodilla, etc.
Normalmente sucede por una sobrecargar de entrenamiento, o bien cuando hemos incrementado nuestra actividad física de manera considerable.
También puede aparecer por otros motivos como es el caerse de rodillas y dañarse la rótula, por tener una diferencia en la longitud de las piernas, porque nuestras zapatillas ya estén desgastadas, por correr de forma incorrecta, por tener un exceso de pronación, por tener los músculos de la pierna débiles…
Tratamiento:
Lo más recomendable para el tratamiento de este tipo de lesiones el RHCE, que son las siglas de Reposo, Hielo, Compresión y Elevación. El descanso debería comenzar cuanto antes. Al ponerse hielo o que hace es que se contraen los vasos sanguíneos, reduciendo la circulación por esa zona y suaviza el hinchazón y la inflamación. Una vez que quitemos el hielo, los vasos sanguíneos volverán a dilatarse y fluirá la sangre fresca hacia la zona, transportando nutrientes y oxígeno y eliminando el tejido dañado. La compresión también ayuda a reducir el hinchazón al igual que si elevamos la zona afectada por encima del corazón.
También podemos tomar ibuprofeno para aliviar el dolor y el hinchazón.
Por otra parte, el entrenamiento debería reducirse o sustituirse por una actividad distinta.
Si por el contrario sigues corriendo, evita hacerlo por zonas muy duras, con muchas piedras, ya que eso pone en tensión la rodilla. Fortalezca los músculos del cuádriceps, pero no solo el vasto interno, si no también el externo, el crural y el recto femoral.
En caso límite se podría recurrir a la cirugía, cosa que es mejor dejar en casos muy extremos.