5:45am. Suena el despertador, empieza el día. Como cualquier otro podría ser la alarma para ir a trabajar, pero en esta ocasión sonaba de manera distinta: era el sonido para empezar el día con un buen entreno, a las 07:00am estaríamos nadando (y pensar que aun me esperan 15 paradas de metro…).
Cojo el móvil, abro el «whatsap» y escribo en un grupo de amigos, a lo que me responden:
– Bueno parece que no soy el único que le toca currar…
– jejej no tío hoy no trabajo, tengo entreno de natación a las 7.
– joder!! Que ganas!!
Pues si amigos, no lo ha podido definir mejor. Todo se resume en ganas, en deseos de mejorar, de cumplir mis objetivos y de sacrificar el poder dormir 8 horas en mi día libre para empezar a entrenar.
¿Que por qué lo hago tan pronto? Porque yo tambien tengo mis cosas que hacer: estudios, tareas de casa, gestiones varias, una siestecita después de comer… Incluso de aun teniendo millones de cosas que hacer, permitirme el lujo de ver el fútbol esta noche. Porque si de verdad quieres, si realmente sientes ese deseo de mejorar entrenando, NO HAY EXCUSAS.
Así que dedica 5′ a pensar en si realmente te quema por dentro ese objetivo o si verdaderamente disfrutas entrenando, porque de ser así… Siempre encontraras un motivo para hacerlo, de lo contrario encontrarás una excusa.
No me vale el: no tengo tiempo, hay que estudiar, el trabajo… Obviamente son circunstancias que no favorecen, pero amigos: Nadie dijo que sea fácil, nadie dijo que fuera sencillo levantarse antes para ir a entrenar que para trabajar… Pero si de una cosa estoy seguro, es que todo este sacrificio valdrá la pena.
06:48am: ya he llegado a mi destino, la piscina me espera, comienza un nuevo día… Arrancamos!