Crónica Transvulcania 2014 Media Maratón

Todo empezó poco después de mi segunda operación de rodilla en el 2013, comenzando la rehabilitación se estaba celebrando la Transvulcania 2013 y empecé a seguirla y a interesarme por ella, me pareció increíble la que se había montado en la isla de La Palma con todos esos corredores de primer nivel, como habían luchado hasta el final Kilian y Luis Alberto, el ambiente que se respiraba, como estaba toda la gente volcada con la prueba, era una pasada. Y como sucede con algo que te llama la atención y comienza a apasionarte no dejaba de contárselo a mi familia y a mis amigos, enseñándoles videos, fotos, relatos…

 

Quizá fuera por eso que mi hermano cogió un día y me dijo: esté es tu regalo. – Un sobre pequeño y naranja, en el que yo pensé que habría un vale por un viaje o algo por el estilo. Lo abrí y mis pensamientos no andaban muy alejados de la realidad ya que apareció un papelito que empecé a leer en alto: Vale por… Una inscripción en la media maratón de la Transvulcania!! – No me lo podía creer. Vaya locura. Comencé a reírme aún sin saber porque, supongo que de los nervios. ¡Si aún me quedaban semanas para que el médico me dejará empezar a correr!! y ya quedaba menos de un año para la prueba…

 

Quedaban ya 10 meses cuando conseguía correr 5′ seguidos. Los que habéis sufrido alguna lesión importante que os haya mantenido fuera de los terrenos por un período de tiempo prolongado ya conocéis la sensación que tenía de euforia.

 

Iban pasando los días, las semanas y los meses y cuando quedaban 6 meses ya estaba entrenando a un nivel más que decente para el tiempo que llevaba desde la operación. Ya hacia rodajes «largos», series, pista, corría por montaña… Mi entrenador se quedo asombrado con lo rápido que volvía a cojer forma. Todo parecía perfecto para llegar fino a la Transvulcania (siempre sabiendo como estaba y de donde venía), pero el destino es así, y 6 semanas antes de la carrea me comenzóa molestar la planta del pie, el dolor continuaba por el tibial hasta llegar a la rodilla «buena».

 

Me mantuve una semana parado pensando que podía ser sobrecarga y parecía que la cosa iba a mejor, así que el sábado (a 5 semanas de la Transvulcania) nos fuimos a correr la DKV de Bomberos por medio de Madrid. Un 10k precioso. Calenté y parecía que la cosa estaba perfecta. Salida, risas, primera cuesta, arreón para adelantar y dolor de nuevo. Acabé la carrera como pude con la mente ya en La Palma.

 

Las 5 semanas siguientes fueron con sesión de fisio continúas, un montón de dinero y una desilusión muy grande ya que no conseguía correr más de 20′ sin dolor. ¿Cómo iba a hacer con 24km en montaña? Pero llega un momento en toda persona que está acostumbrada a hacer deporte en que el corazón y la ilusión hacen más que cualquier otra cosa, eso, y el apoyo que estaba recibiendo por parte de amigos, familiares y de mi fisio, que solamente me decía que disfrutase, era lo que me hacía tirar para delante. Y es cierto, a eso tenía que ir, a disfrutar. Esa era la idea principal que siempre había tenido en mente hasta que esto sucedió. También me comento que estaba tratando a varias personas con mi mismo problema y que una chica argentina también se venía a La Palma a la Transvulcania. Me alivió saber que no era el único.

 

Llegué a la isla sin haber entrenado durante esas 5 semanas, corriendo una vez por semana durante 15-20′ y siempre acabando con molestias.

 

El día de antes de la prueba salí a probarme y despertar las piernas dormidas. El ambiente era increíble. Corredores por todas partes. La gente te preguntaba que si ibas a hacer la prueba. Se interesaba por ti, de donde venías, donde estábamos, como nos sentíamos. Simplemente increíble.

 

Acabé bastante contento con ese rodaje de 20′ estire y 10′ más. Parecía que todo iba bien. Volví a estirar bien y pasé el día tranquilito, descansando para que a las 03:00 cogiéramos la Guagua para ir al Faro de Fuencaliente.

 

-Día de la Carrera.-

 

¡Vaya locura! Ya estamos dentro del autobús que nos iba a llevar y el ambiente estaba mezclado entre buen rollo y tensión. La gente se aislaba mucho, no se si por las horas que eran, los nervios oo por una mezcla de esas dos sensaciones que flotaban en el ambiente de la Guagua.

 

Llegamos al Faro y nada más bajar casi nos lleva el viento. Era alucinante, un montón de gente que no podías ni contar buscando algún sitio aislado del terrible viento que corría intentando poder prepararse para afrontar este gran reto, cuando de repente ya nos llama por megafonía el gran Depa: -a dejar las bolsas y activar el chip.- Eran las 05:40h de la madrugada y como diría mi abuela: si por cada uno de los que hay ahí nos dieran un euro… – Increíble. Música, nervios, fotos, Depa, Buen rollo, más nervios, muchos más nervios, 10, 9, 8… 3, 2, 1!! Adiós a los de la Ultra!!! Madre mía!! hasta que pasaron todos por la línea de salida. Que bonito se veía todo. Super emocionante. Y cuando te quieres dar cuenta… 10, 9, 8… 3, 2, 1!! Nos vamos!! Y el mismo calvario! porque me pondría atrás del todo me preguntaba y yo sólo me respondía: -porque a parte de haber estado tanto tiempo lesionado eres un paquete!!

 

Bordeamos el Faro y comenzamos a subir en fila de a 2, andando, andando, y seguíamos andando, ya no sabíamos si ésta era la senderista o la media maratón. Me cansé y empecé a adelantar por el exterior del camino. ¿Rodilla? perfecta! aguanta por favor!. Subíamos y subíamos y cuánto más subíamos más me preocupaba la rodilla. Por fin nos encontramos un pequeño repecho para poder correr un poco y soltar las piernas. Acompase mi ritmo al de otra corredora y noté como si ya tuviera compañera de viaje. No queríamos adelantarnos el uno al otro. íbamos cómodos y sin mediar palabra sabíamos que podíamos ir así tirando el uno del otro.

 

Primer avituallamiento. Que corto se me ha hecho. El Garmin me marcaba 6.550m. Llené un poco la mochila y tiré. ¿Dónde esstaba mi compañera? empecé a buscar y apareció de nuevo a mi lado. Continuamos muy agusto y de repente primera «bajada» no recuerdo si fueron 10, 20, 50m pero dije, está es la mía!! y así fué. Gemelo e isquios me dijeron: ¿De qué vas? – pense que me la pegaba, se me subieron tan rápido que casi voy al suelo. Así que km 8 y poco y yo ya estaba estirando. Pronto empezaba, cuando de repente vídos corredores que venían andando en dirección contraria. – Se han retirado.- Oí decir a un corredor que iba por delante. – No puede ser.- Pensé. – Aunque sea andando la acabo. Me da igual el tiempo.- Tomé un poco de sale minerales y seguí subiendo y subiendo y de repente más subida, hasta que me encontré con otra corredora que llevaba un ritmo infernal andando, – ¡Vaya pasada de tía! – pensé, y nos pusimos a hablar y así pasaba el tiempo, hasta que empezó a tirar y yo me quedé estirando, ¡Otra vez!.

 

Esto era horrible, aunque la rodilla me respondiera, mis músculos llevaban tanto tiempo sin hacer una actividad intensa que no estaban preparados y era un suplicio continuo. A cada paso que daba ya no lo daba con la precaución de si me iba a aguantar la rodilla, lo daba pensando en si me iban a aguantar las piernas.

 

Seguí corriendo deseando que llegase el siguiente avituallamiento. – Están demasiado separados.- Pensé para mí, pero debía verseme reflejado en el rostro, ya que una nueva corredora se puso a mi par preguntándome lo mismo. Empezamos a hablar y con todo esto nos encontramos con un hombre descalzo, – Mucho freaky.- dijimos, pero la intriga era tal que no nos pudimos resistir a preguntarle. Resultó que sólo lo hacía porque se dijo un día: ¿Por qué no hacer la Transvulcania descalzo? y olé sus partes!! Le preguntamos que de donde era, – Norway.- nos contesto justo antes de preguntarnos lo mismo,- De Argentina – respondió ella. – De Madrid.- dije yo como imaginando que todo el mundo sabe donde se encuentra Madrid. Con todo esto le pasamos y seguimos hablando y recordé un artículo que leí que decía que puedes llegar a conocer más a una persona corriendo con ella que ha tu propia pareja. Empezamos a hablar de todo, me dijo que ella también estaba viviendo en Madrid y le conté que llevaba tiempo lesionado, le conté que me sucedía y me dijo que a ella le había pasado lo mismo. Ya había algo que no me cuadraba, le comenté lo que me dijo mi fisio, que trataba a una chica argentina, con el mismo problema que yo y que iba a correr la Transvulcania. Me dijo que que coincidencia y me pregunto por el nombre de mi fisio. – Se llama Rafa.- le dije, se le quedo el semblante blanco, se paro y me dijo: – No puede ser!! Rafa es mi fisio!! – nos echamos a reír y nos dimos un abrazo. No me lo creía. ¿Cómo podía ser que nos encontráramos? ¿Qué posibilidad había? ¿1 entre más de 4500 participante? Pues sí, esa era la probabilidad y al final resultó, que pese a todas las coincidencias, no era el mismo Rafa.

 

Aún así seguimos corriendo, empezamos a coger ritmo y me volvieron a avisar mis más que famosos calambres, estaban faltos de cariño. Le dije a mi nueva compañera que tirase que yo tenía que estirar y se negó. Sacó un plátano de su mochila y me dio la mitad. Y es por cosas como esta por las que la gente sigue corriendo. Porque entre runners siempre hay buen rollo, deportividad y ayuda. Cuando volvimos a empezar a coger ritmo veíamos a la gente parada en todos lados cuando de repente nos encontramos con la chica con la que había ido a mitad de carrera (la que andaba más rápido de lo que la gente corría). Estaba sentada en una piedra con un gesto de enorme tristeza. – ¿Qué te ha pasado?- le pregunte. – Me tengo que retirar…- contesto con la mirada baja, – Me duele muchísimo la tripa y no puedo ni caminar…- Madre mía, pensé, con lo bien que iba… Al final nos dijo que siguiéramos y que ya habían avisado al servicio médico para que viniesen a por ella. Cuando llegué a meta me enteré de que había estado muy mal de los ovarios y que le habían tenido que pinchar y llevar a meta.-Qué complicadas son las mujeres.- pensé, no lo dije en alto por si me llevaba una colleja.

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Seguimos adelante hasta un segundo avituallamiento que parecía estar en Tenerife más que en La Palma. Nunca llegaba. – Después de esa subida está.- nos dijo un voluntario. Y como no, después de esa subida había otra subida más.

 

Finalmente conseguimos llegar. Parecía un espejismo pero ahí estaba. Reposición de líquidos, foto, ánimos, muchas risas y yo me quede estirando diciéndola que se fuera. Sabía que no la iba a alcanzar. Era una máquina más.

 

Todo listo y a continuar. ¿Qué es lo que nos encontramos de primeras? una subida muy rica.- pero ¿después del segundo avituallaminto no era todo bajada?- dijo un corredor que acababa de llegar y todos empezaron a reir.

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Empecé a subir despacito y con buenas sensaciones, poquito a poco llegamos arriba y un poco de carrera y de nuevo otra vez, ahora también le tocaba al cuadriceps, me aparte para dejar pasar y todos los que pasaban me preguntaban si estaba bien, pero en realidad el dolor era insoportable, se me había montado el vasto interno y no gritaba por vergüenza. Eso no se bajaba ni con golpes y me acorde del día anterior en la feria del corredor cuando fui a un puesto que ponía: «Más fuerte que el dolor». Estuve hablando más de 15′ con la fabricante de una marca nueva para mi, PHYSIORELAX. Me explico todo, increíble, le fui a comprar un bote y me dijo que no, que me daba la muestra y si me iba bien ya me lo compraría. Recuerdo que pensé,-está super convencida de su producto para que me dijera eso.- Recordé que lo llevaba en la mochila, lo saqué, me lo unté bien y le dí un pequeño masaje. Se me bajo al momento. Increíble. Cogí lo que sobraba y me lo restregué por gemelos e isquios por si acaso y guardé el paquete de muestra vacío en la mochila y comencé el camino. Al poco me encontré con el que iba a ser mi nuevo compañero de viaje a la sombra de un árbol hidratándose, le pregunté si estaba bien y comenzamos a correr juntos.
El Garmin me iba cantando los km y la euforia se hacia cada vez mayor. Estábamos entusiasmados sin conocernos de nada. Ya sólo quedan 3km le dije mientras bajábamos. – Pero… ¿Qué es eso?-dijimos entre pregunta y exclamación. ¡Otra vez para arriba! mire a los voluntarios y me eche a reír acordándome de todo lo pasado. Comenzamos a subir y a restar metros. Empezamos a oir la música, la gente, los aplausos, ¡¡Dios!! parecía que volabamos ese último kilómetro. Un poquito más. Ya no quedaba nada. Los ánimos de lal gente que aún no veíamos nos contagiaban. Giramos y ahí estaba la meta. Ahí estaba la gente. Ahi estaba la comida. Ahí estaba el crono que paramos a las 5:05′. Y ahí estaba yo. Después de todo ese suplicio ahí estaba yo. Con mi medalla al cuello. Acordándome de todos mis familiares y amigos que me habían apoyado y por los que acabé está carrera. Y acordandome también de todos aquellos que pensaban que no iba a hacerlo o que lo haría en más de 7h. Pero muchas veces el orgullo puede más que las piernas. Y como dice mi novia: eres demasiado competitivo. Después de la operación y haber estado lesionado 6 semanas antes de la carrera me doi más que por satisfecho. Por eso, el próximo año intentaré volver y bajarlo como mínimo 1h si las lesiones me respetan.

 

IMG-20140514-WA0003 Acabado esto fuimos a ver la llegada de los verdaderos héroes, los de la ultra, y fué increíble. Creo que es la carrera más bonita que correré en toda mi vida. La primera a la que llevo a mi chica y creo que e hecho mal, porque ha visto lo mejor y el resto no tiene ni comparación.

 

Me tiraría otra página agredeciendo a todo el mundo, sobre todo a mi hermano Oscar que hizo posible este sueño, pero si al final hay alguien que lea esto creo que ya he sido lo bastante pesado para robarle más tiempo.

 

Volveremos. Ya queda menos.

 

 

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8 comentarios en “Crónica Transvulcania 2014 Media Maratón

  1. Fernando Varela 26 mayo, 2014 — 3:49

    Me gustó mucho tu relato, soy chileno, me llamo Fernando y estoy retomando las carreras después de una operación al ligamento cruzado de mi rodilla derecha. Leer esto, me motiva más a seguir en el Trail Running y quizás algún año poder viajar a España y participar de la Transvulcania!!
    Felicidades!!

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  2. Qué grande, Pintos!!! Me ha encantado leer tu crónica!! El año que viene espero otra! jajaja

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  3. Jonathan Rojas 23 mayo, 2014 — 11:37

    Enorme relato niño! De verdad, es genial, y la experiencia tuvo que ser extraordinaria.

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  4. soy el de detras tuyo n la foto, compartimos algun km, un saludo!!!

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  5. Yo soy el de detras tuyo en la foto, compartimos un rato las deseadas, un saludo!!!

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  6. Por qué salgo como anónimo? Bueno,para q lo sepas soy Rocío

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  7. Pues yo lo he leido enterito y leería mil hojas más!
    Admiro desde lo más profundo tu esfuerzo y superación, me han dado ganas de ir a correr yo jajaja!!
    Cuando me recupere yo de mis lesiones te acompaño en una carrerita!
    Mi enhorabuena guapo,decirte que eres el mejor…ya lo sabes!!

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